EL VERDADERO AYUNO
Por: Ps. Manuel Cuevas
Texto: Isaías 58:1-12 (TLA)
[1] Dios le dijo a Isaías: «¡Grita bien fuerte, grita sin miedo, alza la voz como una trompeta! ¡Reprende a mi pueblo, el pueblo de Israel, a causa de sus culpas y de todos sus pecados! [2] »Ellos me consultan todos los días y dicen que quieren obedecerme, como si fueran gente de bien que no se aparta de mis leyes. Ellos me piden leyes justas y quieren estar cerca de mí. [3] Sin embargo, andan diciendo: “¿Para qué ayunar, si Dios no nos ve? ¿Para qué sacrificarnos, si a él no le importa?” »En el día de ayuno ustedes hacen negocios y maltratan a sus trabajadores. [4] Ese día discuten, se pelean, y se agarran a golpes. ¡Si quieren que escuche sus oraciones no ayunen de esa manera! [5] Ese tipo de ayuno no me agrada para nada. »Ustedes agachan la cabeza como una caña del río, y vestidos de luto se acuestan sobre la ceniza. Y a eso le llaman “ayuno” y “día agradable para Dios”. [6] ¡Pero en realidad no es así! »El ayuno que a mí me agrada es que liberen a los presos encadenados injustamente, es que liberen a los esclavos, es que dejen en libertad a los maltratados y que acaben con toda injusticia; [7] es que compartan el pan con los que tienen hambre, es que den refugio a los pobres, vistan a los que no tienen ropa, y ayuden a los demás. [8] »Los que ayunan así brillarán como la luz de la aurora, y sus heridas sanarán muy pronto. Delante de ellos irá la justicia y detrás de ellos, la protección de Dios. [9] »Si me llaman, yo les responderé; si gritan pidiendo ayuda, yo les diré: “Aquí estoy”. Si dejan de maltratar a los demás, y no los insultan ni los maldicen; [10] si ofrecen su pan al hambriento y ayudan a los que sufren, brillarán como luz en la oscuridad, como la luz del mediodía. [11] »Yo los guiaré constantemente, les daré agua en el calor del desierto, daré fuerzas a su cuerpo, y serán como un jardín bien regado, como una corriente de agua. [12] Reconstruirán las ruinas antiguas, reforzarán los cimientos antiguos, y los llamarán: “Reparadores de muros caídos”, “Reconstructores de casas en ruinas”.
Una voz profética para despertar al pueblo
El capítulo 58 de Isaías es una llamada urgente al corazón del creyente. Dios habla con fuerza y claridad, desnudando una religiosidad hueca, una fe aparente sin acciones concretas de amor. Él no está interesado en rituales vacíos, sino en corazones verdaderamente transformados que vivan la justicia, la misericordia y la compasión.
Cuando la devoción no es suficiente
Cuántas veces hemos pensado que con solo orar, ayunar o asistir a la iglesia ya estamos bien con Dios. Pero Isaías 58 nos confronta: Dios no se impresiona con actos externos si el corazón sigue siendo duro y egoísta. El pueblo de Israel aparentaba buscar a Dios con devoción: ayunaban, oraban, pedían leyes justas... pero al mismo tiempo oprimían a los débiles, maltrataban a sus trabajadores y vivían en pleito constante.
Una pregunta que incomoda
Dios cuestiona las prácticas religiosas que no reflejan Su carácter. No basta con arrodillarse o vestir de luto si el corazón no está alineado con Su justicia. La fe verdadera no es solo vertical (hacia Dios), también es horizontal (hacia el prójimo).
El verdadero ayuno que agrada a Dios
Isaías 58 nos revela que el ayuno verdadero tiene acción, compasión y justicia. Este es el ayuno que transforma:
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Liberen a los oprimidos.
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Rompan las cadenas de injusticia.
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Den pan al hambriento.
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Vistan al desnudo.
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Acojan al necesitado.
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No ignoren a su prójimo.
Este mensaje no es político, es profundamente espiritual. La justicia social es evidencia de una fe viva. Dios es justo, defensor del débil, y espera que sus hijos reflejen Su carácter.
Las promesas para los que obedecen
Cuando el ayuno va acompañado de obras de justicia y compasión, las promesas de Dios se activan en nuestras vidas. Mira la lista poderosa de bendiciones que Él promete:
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Sanidad para nuestras heridas.
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Justicia delante de nosotros.
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Protección divina detrás de nosotros.
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Oraciones respondidas.
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Guía constante del Señor.
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Satisfacción y fortaleza aún en medio del desierto.
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Floreceremos como jardín bien regado.
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Reconstruiremos lo que está en ruinas.
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Seremos llamados reparadores y restauradores.
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Brillaremos como luz en la oscuridad.
¿Habías leído tantas promesas en un solo pasaje? Isaías 58 es uno de los capítulos más ricos en recompensas espirituales. Pero todas ellas están condicionadas a una fe activa y genuina.
Ayunar con justicia
Querido amigo, el mensaje de Isaías 58 es claro y poderoso: Dios busca corazones rendidos que amen con acciones, no solo con palabras. No basta con aparentar devoción. Lo que Dios quiere es transformación.
Ayunemos, sí... pero del egoísmo, del orgullo, de la indiferencia. Y en su lugar, practiquemos la justicia, la misericordia y el amor al prójimo.

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