CONFESIONES DE UN AMIGO
Por: Ps. Manuel Cuevas
"Nunca he tenido la intención de hacer daño a nadie, pero a veces, sin querer, logro tocar a quienes me rodean y no lo merecen. Quiero pedir perdón. Quiero parar, reflexionar y volver a retomar el camino. No quiero mirar atrás, pero es hora de examinar y aceptar. El tiempo pasa. Sólo yo sé lo que es vivir con una espina en el alma. No voy a culpar ni a señalar. No hay rencor mi corazón. Sólo quiero ser feliz. Con el pasar de los años he entendido el verdadero valor de la vida. He aprendido a valorar a las personas. He aprendido a apreciar momentos y no cosas. He caído y me he vuelto a levantar. No es fácil cambiar todo aquello que creías que estaba bien y que en algún momento te hizo supuestamente feliz. Emociones efímeras. Ahora, en este proceso de transformación, he descubierto cosas que no conocía. Los momentos de silencio me hacen bien. Estar solo ya no es literalmente eso porque sé que te tengo a mi lado. No te apartes de mí. Todos los días me sorprendo gratamente. Es hora de seguir creciendo. Debo seguir adelante y de tu mano nada, estoy seguro, nada me faltará."
Este escrito me lo envió un amigo, mi hermano de otra madre. Le pedí el permiso para compartirlo en el blog con el fin de transmitirles algo que aprendí.
Mi amigo no es alguien que yo consideraría religioso o discípulo de algún ministerio; pero si es muy creyente en Dios. Más bien es alguien que en algún punto entendió que sin Dios no podemos vivir, como lo expresa en su escrito "Estar solo ya no es literalmente eso porque sé que te tengo a mi lado. No te apartes de mí. Todos los días me sorprendo gratamente. Es hora de seguir creciendo. Debo seguir adelante y de tu mano nada, estoy seguro, nada me faltará."
Sus palabras me conmovieron mucho, ya que desde niños lo invite a la iglesia que mis padres pastoreaban. Yo no tenia las palabras, ni el conocimiento para hablarle de Jesús, solo lo invitaba al lugar donde escuchaba hablabar de él. Así, una pequeña semilla de fe se sembró en el, y ninguno de los 2 nos dimos cuenta. Ya han pasado mas de 27 años desde la primera y única vez que lo invite a la iglesia; su mensaje me alegro el corazón, porque vi que estaba aplicando un consejo bíblico.
16 Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva. Santiago 5:16
Confesar nuestras faltas los unos con los otros nos ayuda a sanar y permite ayudarnos mutuamente en los procesos de crecimiento espiritual. Confesar nos quita un peso de encima, pedir perdón nos llena de paz y nos saca de la prisión, nos quita esa carga la cual no podemos llevar que solo Jesús puede, ya que el mismo dijo:
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28-30
Solo Jesús puede ayudarnos, el se presenta de diferentes formas. Yo muchas veces he visto a Jesús en mis amigos, en mi esposa, en mis hijos y en cada persona que necesite de mi; por eso te invito a que busque un amigo leal, fiel y lleno de amor con el que puedas confesar todo aquello que te agobia, pídele que te ayude a monitoriar tu proceso de crecimiento espiritual y emocional, veras como tu vida empezara a sentirse más liviana.
Por eso únete a el grupo de los que CONFESAMOS. Bendiciones.

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